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Iniciación a la metafísica

Los tres sueños

Bruno Bérard

Prólogo de Michel Cazenave

Este libro aún no ha sido traducido del francés. Sólo se ha traducido esta presentación.

Tres sueños, relatados e interpretados metafísicamente, brindan la oportunidad de entrar en la metafísica, no por una puerta estrecha, sino por un portal abierto de par en par. El resultado es una fácil comprensión de la posibilidad de la metafísica y de algunas de sus enseñanzas.

Resumen del libro

  1. Prólogo de Michel Cazenave
  2. Primera parte: Los tres sueños

    1. Caminé sobre el mar
      1. 1. Salir del jardín
      2. 2. Cruzando el bosque
      3. 3. Caminar por el mar
    2. Salir del espacio-tiempo
      1. 4. Lo indefinido finito y lo infinito
      2. 5. El espacio no está en el espacio
      3. 6. El tiempo no está en el tiempo
    3. No se caerá por el precipicio
      1. 7. Caminando por la meseta
      2. 8. El borde del acantilado
      3. 9. La zambullida en el abismo
  3. Segunda parte: Comentarios metafísicos

    1. 10. Interpretar
    2. 11. Interpretaciones simbólicas, esotéricas y metafísicas
    3. 12. Caminar sobre el mar o el abandono de la propia voluntad
    4. 13. Salir del espacio-tiempo o la retirada al punto principal
    5. 14. No se caerá por el precipicio o el punto era la traza del eje
    6. 15. Interpretación cruzada de los tres sueños o el simbolismo de la cruz
    7. 16. Interpretación metafísica en lenguaje cristiano
    8. 17. Interpretación metafísica en diferentes lenguas religiosas
  4. Tercera parte: ¿Qué es la metafísica?

    1. 18. Situación de la metafísica
    2. 19. Posibilidad de la metafísica
    3. 20. Enseñanzas de la metafísica

Extracto

El simbolismo es la observación de una correspondencia universal entre una cosa, más bien natural, y otra que va más allá de ella. Por ejemplo, el agua, que adopta la forma de cualquier recipiente en el que se encuentre, simboliza la receptividad del hombre o de la mujer y, en consecuencia, la posibilidad de aprender, de ser informado y trans-formado. En el extremo (en el absoluto), el agua simboliza la Posibilidad de todo, de la que el universo es una forma posible.

Partiendo del simple elemento «agua», que acepta cualquier forma en el plano físico, podemos ver que el significado del símbolo atraviesa todos los niveles de lo existente: el nivel psicológico de un héroe que se entrega a una causa, el nivel intelectual de un filósofo que comprende una idea, el nivel del universo en la medida en que no es sino una Posibilidad. Si el significado del símbolo atraviesa todos los «niveles del mundo», es porque, primordialmente, procede de -y conduce a- su más allá. El símbolo, por su propia naturaleza, vincula lo visible a lo invisible y, aún más que un vínculo, es una llamada, o más bien un recordatorio, de lo invisible. Es un «recordatorio» porque si tiene sentido para la inteligencia, es porque la inteligencia recuerda. ¿De qué otro modo podría comprender lo invisible? ¿Cómo podría darle sentido?

Aquí podemos ver cómo la limitación de un signo (que indica la proximidad de una curva peligrosa) o de una alegoría (la hormiga es una trabajadora incansable) contrasta con lo ilimitado del símbolo, que conduce inexorablemente a lo que trasciende el mundo. A la horizontalidad de los signos y alegorías corresponde la verticalidad del símbolo.

Fundamentalmente, pues, la interpretación simbólica será la que permita atravesar los niveles del mundo (cuerpo, psique, espíritu, Dios) y conducir así, más allá de estos mundos, a un polo esencial del que deriva eternamente toda in-formación y a un polo sustancial del que tomará forma provisionalmente. Y, evidentemente, estos dos polos son el mismo, la única Realidad última: el Absoluto siendo necesariamente la única Causa del mundo, tanto en sentido esencial (o semántico) como sustancial (o material).

Aviso de publicación

He aquí, por fin, una versión accesible de la metafísica más auténtica. Para ello, el autor utiliza como pretexto tres sueños y ofrece una interpretación metafísica, cuidadosamente diferenciada de las interpretaciones científicas, simbólicas o esotéricas. Esta primera parte es sencilla y directa, y permite al lector adentrarse directamente en la comprensión de la metafísica, utilizando ejemplos concretos. Además, al principio se ofrece un glosario claro de palabras clave.

Dado que la metafísica forma parte integrante de todas las religiones, el autor presenta a continuación esta misma interpretación, pero primero en un lenguaje específicamente cristiano, y después en los lenguajes de otras tradiciones: budismo, hinduismo, islamismo, judaísmo y taoísmo, todos los cuales parecen tener grandes similitudes con el primero. De este panorama, que adquiere una consistencia singular en todas estas tradiciones religiosas, emerge una secuencia universal de «acceso a lo divino» que el autor denomina «curación en dos tiempos».

Armado con esta comprensión concreta de una metafísica aparentemente universal, el autor invita a continuación al lector a adoptar un enfoque de tres pasos para definir la metafísica, en un intento de responder a la pregunta de Heidegger «¿Qué es la metafísica?», planteada unos 2.500 años después de la pregunta de Aristóteles «¿Qué es el ser?».

– El primer paso consistirá en definir lo que no es la metafísica, comparándola sistemáticamente con la física, el lenguaje, la lógica y la psicología, con el simbolismo, el esoterismo, la teología y la gnosis.

– La segunda parte mostrará que es posible, demostrando las contradicciones de las reducciones racionalistas de los tres últimos siglos (kantismo, marxismo, freudismo, estructuralismo).

– Por último, la tercera parte será una presentación de lo que al autor le parecen dos de las enseñanzas esenciales de la metafísica: su «apertura de concepto», que la diferencia del conocimiento basado en la abstracción cuantitativa (ciencias), o de la construcción ideacional (sistemas filosóficos); y, una vez liberada del pensamiento conceptual cerrado, su perspectiva de más allá del Ser -que no es otra que su intuición intelectual inicial-, que la libera entonces de cualquier confinamiento conceptual o lingüístico.

Por supuesto, para permitirse tal programa, el autor se apoya sin pudor en la obra de Jean Borella -de la que ha publicado recientemente un copioso resumen-, así como en los numerosos autores tradicionales y contemporáneos que estudia desde hace veinte años, siendo los más citados en este ensayo Aristóteles, San Dionisio el Areopagita, San Gregorio del Sinaí, Santo Tomás de Aquino, el maestro Eckhart, Angelus Silesius, Simone Weil, Leo Schaya, Abbé Henri Stéphane, François Chenique y otros.

Por último, en su Prefacio, Michel Cazenave nos recuerda la necesidad de «pensar más allá», y concretamente, de ir más allá de las lecturas parciales, cuando no sesgadas, de Heráclito, Nietzsche y Jung, señalando que «en la profunda inculturación de una época en la que todo -incluida la llamada filosofía- adopta una forma horizontal, [el autor] no teme restaurar la noción de verticalidad allí donde  entra en juego la trascendencia más absoluta». «Haciendo caso omiso de todas las modas, pero tomando en serio la palabra pensar, con todos los riesgos, todas las dificultades, todo el vértigo que implica, replantea la metafísica en su sentido más extremo, donde, siguiendo a Plotino pero también a Proclo, Escoto Erígena o Tauler, constatamos que la metafísica y la teología de apofática están más que vinculadas: son las dos caras de una misma montaña.

Ver el aviso en Contrelitérature.com
— Alain Santacreu, Contrelittérature.com

Reseña

Bérard ha publicado recientemente un volumen de gran profundidad teórica y espiritual, pero de fácil lectura y accesible a todos, titulado Iniciación a la metafísica – Los tres sueños (L’Harmattan, 2009). En primer lugar, el texto intenta definir y circunscribir el concepto de metafísica mediante una comparación exhaustiva con la lógica, la psicología, el simbolismo, el esoterismo, la teología y la gnosis. En segundo lugar, se ponen al desnudo las profundas contradicciones presentes en las reducciones racionalistas de los tres últimos siglos (del kantismo al marxismo, del freudismo al estructuralismo) para llegar finalmente al verdadero sentido de la metafísica, un «concepto abierto» opuesto al conocimiento mediante lo cuantitativo, abstracción propia de la ciencia, y al conocimiento mediante construcciones ideales, característico de los sistemas filosóficos…

Ver la reseña en Il Corriere Metapolitico
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— Aldo La Fata y Dalmazio Frau, Corriere Metapolitico, 27 de marzo de 2009.

¿Qué es la metafísica? Bruno Bérard adopta un enfoque original…

¿Qué es la metafísica? Bruno Bérard ha optado por un enfoque original para responder a esta pregunta: el relato de tres sueños, cada uno de ellos con su propio y rico significado simbólico.

Tras describir los sueños en sí, el autor los analiza y, en la tercera parte, los utiliza para definir la metafísica. Esta valiosa introducción nos lleva a redescubrir la «emoción metafísica» que resiste a sus aparentes sepultureros (kantismo, freudismo, marxismo, estructuralismo)…

Ver la reseña en les.philosophes.fr
— Cyril Arnaud, Les.philosophes.fr

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