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Esoterismo para todos

Entrevistas con Aldo La Fata

Bruno Bérard y Aldo La Fata

Disponible en italiano (Solfanelli, 2024), pronto en inglés (Angelico Press, 2025)

El libro se publicará en Francia, Italia y Estados Unidos. He aquí los elementos principales:

En las últimas décadas se han realizado numerosos trabajos académicos sobre todas las formas de esoterismo, desde el megalitismo ancestral hasta el gnosticismo filosófico moderno. Sin embargo, el enfoque historicista, descriptivo por naturaleza, merece ser completado con apreciaciones y juicios de valor, y es importante saber desde qué punto de vista pueden hacerse estos juicios.

Aldo La Fata, cuya «humildad cognitiva» ha descrito tan acertadamente Carlo Gambescia, y cuya intimidad católica aparece de manera discreta, cuenta con la inmensa ventaja de disponer del punto de vista que aquí se busca.

La erudición de Aldo La Fata es esencial, pero nunca entorpece su discurso, libre y claro, lo que le convierte en la mejor «piedra de toque» para esta introducción al esoterismo. El lector será quien juzgue.

Resumen del libro

Índice

  1. Esoterismo y ciencia
  2. Esoterismo y religión
  3. Biografía esotérica
  4. Historia del esoterismo
  5. Esoterismo y esoteristas
  6. Una aventura en el esoterismo
  7. Esoterismo y misticismo
  8. Esoterismo judío
  9. Esoterismo musulmán
  10. Esoterismo cristiano
  11. Esoterismo hindú
  12. Esoterismo budista
  13. Esoterismo taoísta
  14. Esoterismo moderno
  15. Esoterismo y metafísica
  16. Esoterismo y humildad cognitiva

Extracto

BB. ¿Cómo concluiría esta entrevista sobre la relación entre religión y esoterismo?

ALF. En conclusión, diría que la religión y el esoterismo no sólo son interdependientes, sino también complementarios y necesarios, y de hecho no pueden existir por separado. Y me gustaría añadir que los medios pueden ser diferentes, pero el objetivo es el mismo. En mi opinión, la meta sólo puede ser la misma, aunque los medios para alcanzarla sean diferentes para cada uno de nosotros, y pese a que nuestras aspiraciones y posibilidades individuales difieran tanto. Tal vez un esotérico pueda pensar que el paraíso «sigue siendo una prisión» (como han dicho algunos sufíes), y un creyente («exotérico») que es una meta demasiado ambiciosa; pero en última instancia ninguno de los dos sabe cuál es el resultado del viaje, que es trascendente, es decir, que está más allá de todas las ideas y creencias personales. Quisiera limitarme aquí a recordar la máxima del Evangelio: «Bienaventurados los últimos, porque serán primeros» 1. Esto significa también, entre otras cosas, que en el más allá las jerarquías se invierten 2.

BB. Entonces, ¿podemos decir que en el más allá los «simples» creyentes pueden tener un destino mejor o más elevado que los miembros de organizaciones iniciáticas?

ALF. Eso es ciertamente posible, pero, por supuesto, ¿quién podría afirmarlo con seguridad? No obstante, yo haría una sugerencia a los que tienen aspiraciones esotéricas: que no jueguen demasiado con la idea de «campeón del mundo»; mejor: por utilizar una metáfora futbolística, que pasen desapercibidos, que se queden en el fondo de la tabla.

Notas

  1. Mt 20:1.[]
  2. Ver Bruno Bérard, Aldo La Fata, Palabras cristianas, malentendidos y verdad.[]

Aviso de publicación

El esoterismo existe desde hace milenios, si no desde los albores de la humanidad, como forma de profundizar cada vez más en los misterios de Dios, del mundo y de la vida humana. Incluso hoy, en medio de culturas occidentales en gran medida secularizadas, siguen floreciendo formas modernas de esoterismo: Nueva Era, ufología, desarrollo personal, etc.
En las últimas décadas, se han publicado varios trabajos académicos de gran calidad sobre todas las formas de esoterismo, la mayoría de las veces siguiendo un enfoque histórico y descriptivo, que merecen completarse con evaluaciones y juicios de valor; aún es necesario saber desde qué punto de vista pueden hacerse estos juicios.
Aldo La Fata, cuya «humildad cognitiva» fue expresada tan acertadamente por Carlo Gambescia, y cuya intimidad católica no se oculta ni se exhibe escandalosamente, ofrece la inmensa ventaja de un punto de vista como el que aquí se pretende. La erudición de Aldo La Fata es esencial, pero nunca entorpece su discurso, y su discurso es libre y claro. Nos pareció la mejor «piedra de toque» para esta introducción al esoterismo.
En su epílogo, Jean-Pierre Brach abre otras perspectivas.

— L'Harmattan (Edición francesa)

Explicar qué es el esoterismo no es tarea fácil, en primer lugar porque no se trata de una ciencia específica, sino de un vasto conjunto de tradiciones y doctrinas cuyos orígenes y acontecimientos se pierden en la noche de los tiempos.
Tras algunas décadas de estudio universitario, el esoterismo sigue siendo algo inasible e inextricable, porque pone en tela de juicio realidades que trascienden la dimensión humana y que se mezclan, a menudo inextricablemente, con las religiones tradicionales o se distancian de ellas para afirmar su carácter independiente, incluso alternativo.
Es debido a este juego de referencias y rechazos mutuos que han surgido la desconfianza, la perplejidad y los malentendidos generalizados. En este libro-entrevista, Bruno Bérard deja que Aldo La Fata desenrede la enmarañada red mediante una especie de recapitulación esencial y sintética de las doctrinas esotéricas en las distintas tradiciones y civilizaciones, y una oportuna identificación de las falsificaciones y elementos engañosos que, a lo largo de la historia, han intentado, a veces con éxito, oscurecer y subvertir su verdadero significado y finalidad.

— Solfanelli (edición italiana)

Reseña

Comentario del poeta, investigador y erudito Dario Chioli

Comentario de Dario Chioli à Bruno Bérard & Aldo La Fata, Che cos’è l’esoterismo tra verità e contraffazioni (Ésotérisme pour tous. Entretiens avec Aldo La Fata, 2024), Solfanelli, Chieti, 2024.

Evaluación de Dario Chioli
— Dario Chioli

¿Qué tiene que ver el liberalismo con este excelente libro de Bérard y La Fata? ¡Averigüémoslo!

L’esotérisme pour tous (L’Harmattan), Che cos’è l’esoterismo tra verità e contraffazioni (Solfanelli) es uno de los raros libros, quizá el único, que trata el tema no sólo científicamente, sino también sin apriorismos ideológicos. Deja «hablar» a todo el mundo y, en ese sentido, es tolerante y, por tanto, liberal.

Digamos que la «humildad cognitiva», virtud característica del erudito Aldo La Fata, también es muy apreciada por su interlocutor Bruno Bérard, brillante especialista en historia de las religiones y metafísica (sin olvidar el oportuno epílogo de Jean-Pierre Brach). El resultado es un estudio excelente.

Como hemos visto, se trata de un libro de entrevistas, o más bien de un libro de diálogo entre dos especialistas en la materia que, sin embargo, intentan hablar al mundo. Ésta es la diferencia con otras obras producidas por las diversas tribus de esoteristas armados de un exclusivismo que por un lado gratifica y por otro abole, como explicaremos más adelante.

Mientras tanto, no se ha olvidado ningún aspecto del tema. La lista es larga: esoterismo y ciencia; esoterismo y religión; historia del esoterismo (o más bien «una historia»), esoterismo y esoteristas; esoterismo y misticismo; esoterismo judío, islámico, cristiano, hindú, budista, taoísta y moderno.

Centrales, al menos en nuestra opinión, son los capítulos sobre la relación entre «esoterismo y metafísica» y entre esoterismo y «humildad cognitiva» (nuestro agradecimiento a los autores por haber adoptado y desarrollado nuestra terminología). No menos interesantes son los capítulos sobre la biografía intelectual de La Fata y el que concluye sobre la naturaleza del esoterismo.

Desde el punto de vista del reseñador, el volumen puede abordarse de dos maneras: 1) en términos de crítica interna (análisis de puntos, comas, etc., centrándose en el bosque de las distintas escuelas, de ahí los posibles matrimonios, divorcios, anatemas y conflictos hermenéuticos en la más benigna de las hipótesis); 2) en términos de crítica externa dirigida a comprender y desarrollar el valor metapolítico del esoterismo, que está contenido en el volumen.

En este último aspecto, que es el que hemos elegido (también por razones disciplinarias), el volumen de La Fata y Bérard remite a un enfoque que considera el esoterismo como un «fenómeno mediador» (en diálogo con la ciencia, la metafísica y la religión), promotor de transiciones sociales. Un fenómeno que, nos parece entender, va más allá de la dimensión cuantitativa del «grupo esotérico». En este sentido, la imagen, propuesta por La Fata, de la derivación guénoniana (si no recordamos mal) de la religión como esoterismo victorioso, es muy agradable, porque en nuestra opinión es correcta y está justificada.

Una victoria que ve la transformación en cantidad, es decir, la religión, de una cualidad, a saber, el esoterismo, como conocimiento de unos pocos.

Lo cual -volvamos al punto- es el resultado de una mediación, que podría calificarse de metapolítica, ya que es la culminación de un proceso de racionalización social (en un sentido moralmente bueno; somos conscientes de que el término puede no ser del agrado de todos, pero se refiere a la metapolítica de las regularidades); racionalización, como decíamos, de una «verdad» que antes poseían unos pocos. Dicho de otro modo: la semilla echa raíces, se convierte en árbol y el árbol da frutos en abundancia.

Si no se convierte en religión -y éste es el punto fundamental-, el esoterismo sigue siendo una secta o, si lo prefieres, retrocede a un fenómeno sectario. Esto recuerda la dinámica clásica secta-iglesia estudiada por Troeltsch en Les doctrines sociales des églises et des groupes chrétiens, pero también la institución-movimiento propuesta por Alberoni (otra regularidad metapolítica). En otras palabras: Tertium non datur .

Un paréntesis. Desde este último punto de vista, la biografía de Aldo La Fata parece un continuo distanciamiento, a través de sucesivas ampliaciones cognitivas, de cualquier forma de tradicionalismo rancio y moroso. Una «institución» en ciernes. Corresponderá a futuros biógrafos explorar, más allá de lo bueno y lo malo, las sulfurosas aportaciones evolucionistas (desde el punto de vista del «movimiento»), que evidentemente no son las únicas en el brillante entramado intelectual de la formación de La Fata, entre cuyos «padres» figuran Panunzio y Guénon.

Así pues, la dinámica metapolítica del esoterismo parece ser bidireccional (un proceso de inclusión-exclusión, otra regularidad metapolítica): secta-religión; religión-secta. Y aquí estamos pensando, por un lado, en la evolución grandioquencial de las grandes religiones, y, por otro, en el destino, en cierto punto involutivo, del budismo en la India, así como en la petrificación de bastantes sectas, como los misterios precristianos, o ciertas ramas desertizantes del protestantismo y del tradicionalismo católico.

Se trata de un enfoque metodológicamente profundo y productivo que puede encontrarse en L’ésotérisme pour tous / Che cos’è l’esoterismo. De nuevo, se trata de un libro que quiere hablar al mundo. Ése es su liberalismo, su tolerancia, fruto de una humildad cognitiva desconocida para los partidarios del esoterismo sectario o, peor aún, politizado. En resumen, como hemos dicho, se trata de una excelente prueba, como mínimo, de esoterismo liberal.

— Carlo Gambescia

Con Bruno Bérard y Aldo La Fata, tras la pista del verdadero Conocimiento

El diverso y variado mundo del esoterismo, ya sea antiguo o contemporáneo, presenta a menudo un panorama que roza la confusión, y quienes se acercan al tema sólo pueden sentirse desconcertados, cuando no desanimados. Y esto es así tanto si el motivo es una búsqueda sincera de conocimiento, simple curiosidad o incluso -una elección desafortunada- una autoafirmación equivocada y una presunta superioridad.
Pero mientras que en este último caso es frecuente el recurso a fantasiosos tejemanejes esotéricos, quienes buscan de verdad un camino hacia el conocimiento y la elevación interior a menudo imploran la presencia de obras capaces de aportarles claridad. Hoy, gracias a la inestimable obra «Che cos’è l’Esoterismo» (Qué es el Esoterismo), recientemente publicada por Solfanelli y en la que participan el metafísico-filósofo francés Bruno Bérard y el investigador Aldo La Fata, uno de los más lúcidos expertos contemporáneos en esoterismo y espiritualidad, el deseo de los aspirantes a esoteristas -los de verdad- parece por fin colmado: Al parecer, dos nombres de autoridad incuestionable han logrado la ingente tarea de dotar a conceptos complejos de la sencillez que merecen.
En un mundo acostumbrado a la simplificación, la «hermana idiota» de la sencillez, que resta sustancia a los conceptos en nombre de una facilidad de uso sin perspectiva, nos encontramos ante una obra maestra de la verdadera sencillez, capaz de exponer temas difíciles de forma luminosa y esencial, sin sacrificar la complejidad de los conceptos pero eliminando, eso sí, la complicación y todos los adornos del «efecto».
Lograr esta «difícil sencillez» requiere sin duda una gran familiaridad con el tema, y Bruno Berard y Aldo La Fata lo consiguen brillantemente. En la fluida estructura de la entrevista, el primero utiliza un elegante juego mayéutico para plantear al segundo preguntas límpidas a las que siguen respuestas claras, nunca engañosas ni ambiguas. Con la impresión constante de que el entrevistado espera exactamente esa pregunta y de que el entrevistador sabe de antemano por dónde irá la respuesta, quince capítulos se suceden con una ligereza inquietante, teniendo en cuenta la densidad del tema, gracias a un perfecto entendimiento entre las dos partes que da vida a una danza elegante y armoniosa de ideas y conceptos.
La estructura del libro es elegante y ordenada: cada capítulo confronta el concepto de esoterismo con los distintos campos del conocimiento humano y las grandes religiones, con las que los vínculos son a menudo tan estrechos que resultan confusos…
En los primeros capítulos se hace un gran esfuerzo por distinguir el esoterismo propiamente dicho de los muchos pseudoesoterismos que están muy extendidos en el mundo de la investigación espiritual, y se gasta una gran cantidad de energía intelectual en advertir a los futuros esoteristas contra la búsqueda de ese conocimiento por mera vanidad u orgullo.
Se citan innumerables «maestros» y hermetistas antiguos y modernos, de Pitágoras a Dante Alighieri, de Guénon a Evola, Paolo Virio y Silvano Panunzio, este último especialmente cercano a Aldo La Fata, de quien fue guía y maestro.
De todo ello surge una imagen (re)limpia del esoterismo como vía de superación individual, interconectada con la(s) religión(es), la filosofía y la metafísica pero, al mismo tiempo, independiente en su realización. Es un esoterismo abierto a todos los que estén dispuestos a aceptar con determinación el esfuerzo que requiere recorrer este camino, capaz tanto de poner a prueba como de ofrecer frutos de raro esplendor. En efecto, con la intención de devolver a su esencia la imagen del esoterismo, a menudo oscurecida por vanas superestructuras, confusos sincretismos y, más aún, menospreciada por la vanidad de quienes la exhiben como certificado de superioridad intelectual, las palabras de Aldo La Fata devuelven el conocimiento esotérico a su esencia de Camino espiritual, y ponen como condición ineludible la «buena voluntad» de la memoria evangélica.
En este sentido, el título elegido para esta singular guía a dos voces es aún más claro. A la mayoría no le habrá pasado desapercibido el título casi banal elegido para la edición italiana que, sin embargo, en términos de obviedad (deliberada), es superado por el original francés que suena como «L’Esoterismo per tutti» (El esoterismo para todos)… Un «pour tous» que probablemente resulte ofensivo para quienes han dedicado su vida a investigar en profundidad el campo del esoterismo. Pero llegados a este punto, quienes tengan hijos relativamente pequeños podrían recordar una de las últimas obras maestras de Disney, la magnífica «Ratatouille» (Oscar 2008 a la mejor película de animación), en la que un ratoncito se convierte en un gran chef.
También en este caso, un famoso cocinero francés, que murió más tarde, había publicado un libro titulado «Tout le monde peut cuisiner», enfureciendo a los señores de las cocinas francesas. Sin embargo, en el discurso final del pérfido crítico gastronómico Anton Ego, que redescubrirá su humanidad gracias a un plato tan sencillo como el pisto, resuena un pensamiento esclarecedor: «No es cierto que cualquiera pueda cocinar, pero sí que un gran chef puede esconderse detrás de cualquiera».
La comparación entre la presentación erudita de Bruno Bérard y Aldo La Fata y una película de animación para niños puede parecer irreverente, pero el ejemplo es sin duda pertinente: el camino del esoterismo no está al alcance de todos, pero un esoterista verdadero y sincero puede esconderse detrás de cualquier «hombre de buena voluntad».

Ver la reseña original (en italiano)
— Dario Noascone, CIVICO 20 NEWS - La rivista on line di Torino

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