Lo que limita debe ser distinto de lo que sirve para limitar (el mar no limita al mar). Kant lo sabe y escribe sobre ello, pero no lo aplica al desarrollar su crítica, en la que la razón está llamada a limitarse a sí misma.
En efecto, es necesariamente una autoridad superior a la razón la que puede ver los límites de ésta. Esa autoridad es la inteligencia.