Hay tres tipos de paradoja:

Paracosmias. Si el razonamiento es impecable y el origen de la contradicción radica en la reunión de dos realidades incompatibles, estamos ante una paradoja cognitiva, una paracosmia (por ejemplo, el «cielo en llamas» de Olbers, que contradice el hecho de que el cielo sea negro por la noche). Éste es el tipo de paradoja que siempre ha florecido en las ciencias, hasta el punto de que a menudo se las denomina paradojas científicas.

Paralogías. Si las realidades incompatibles presentadas son irrefutables, pero la causa de la contradicción es un razonamiento engañoso, estamos ante una paradoja lógica, una paralogía (por ejemplo: Sócrates es mortal, un caballo es mortal, por tanto Sócrates es un caballo). La aparente demostración que conduce a la contradicción no se ha producido en realidad. Mientras que una paralogía es un error de razonamiento (un error lógico), un sofisma, que también es un error de razonamiento, difiere en que pretende engañar.

Paradoja. Si las realidades presentadas y los razonamientos son todos correctos, pero no se puede llegar a ninguna conclusión razonable, podemos hablar de paradoja, o de dilema lógico, o simplemente de dilema, o incluso de antinomias (por ejemplo, la paradoja del Mentiroso o del Barbero).